Probióticos
Quizás hayas escuchado hablar de los probióticos y puede que te sorprenda saber que se trata de bacterias. Están contenidas en alimentos como el kéfir, los fermentados como el chucrut, el té kombucha y en el yogur.
La microbiota
Con este término denominamos al conjunto de bacterias vivas que están en nuestro intestino. Te sorprenderá saber que en tu interior pueden vivir decenas de millones de microorganismos que pertenecen a unas mil especies y que pueden llegar a pesar dos kilos. Un tercio de ellas son comunes a todos, mientras los otros dos tercios restantes corresponden a las particularidades de cada persona.
Desarrollo
Cuando un bebé nace, su intestino es estéril, pero es inmediatamente colonizado por los microorganismos de la madre. Si la lactancia es con leche de vaca, serán de varias especies diferentes, mientras que con la leche materna serán predominantemente bifidobacterias, más beneficiosas. Has de saber que al tercer año de vida la microbiota se diversifica, se hace estable y ya es igual a la del adulto.
Importancia
La influencia de esta flora intestinal en tu salud es tan determinante que se la llama "el órgano adquirido". Entre sus funciones están las siguientes.
- Contribuye a fabricar vitamina K y del grupo B.
- Colabora en la digestión de algunos alimentos como los carbohidratos complejos.
- Impide que organismos patógenos se adhieran a la mucosa intestinal y proliferen, invadiendo el intestino. También compiten con ellos por los nutrientes y acidifican el medio, lo que perjudica a los patógenos.
- Influye en la mielinización de las neuronas del bebé.
- Tiene efecto inmunomodulador sobre el sistema inmunitario, por lo que optimiza su funcionamiento.
Probióticos y simbióticos
El factor determinante para que tu microbiota sea la adecuada es la alimentación. En ella influye no solo el contenido de azúcares y grasas de la dieta sino el consumo que hagas de este tipo de alimentos.
Probióticos
Son, como te explicamos, las bacterias que, suministradas en determinados alimentos, contribuyen a mantener la flora intestinal. Los prebióticos, término que no debes confundir, son sustancias que sirven de sustento a los primeros.
Entre ellas están la inulina, que puedes encontrar en las alcachofas, avena y plátanos. Las patatas y boniatos son fuentes de rafinosa y estaquiosa. Los fructooligosacáridos están en los espárragos, ajos y puerros.
Simbioticos
Se denomina con este término a los alimentos que son en sí mismos pro y prebióticos. También se les denomina alimentos funcionales y son lácteos líquidos parecidos al yogur. Un ejemplo que podemos darte es un buen contenido de oligofrutosa, que favorece la proliferación de las bifidobacterias del mismo alimento.
Los probióticos son indispensables para tu salud. Por ello, debes consumirlos con cierta frecuencia para mantener sana tu microbiota intestinal y beneficiarte de sus efectos.